Todos conocemos la historia de Hansel y Gretel, unos hermanos de una familia muy pobre que se pierden en un bosque, hallan una cosa en la que vivía una bruja, ella intenta comérselos pero al final muera y los niños se quedan con las poseciones de la bruja y no vuelven a pasar hambre.
Bueno, esta historia es solo una adapción infantil de la historia real, en a verdadera lo que se quiere expresar es la crueldad que existía en la Edad Media. Existen muchísimas versiones de la historia original, pero intentaré hacer una síntesis de estas:
Hansel y Gretel son hijos de un leñador muy podre que vive a las afueras de un bosque. La madre de los niños murió al tener a Gretel y desde entonces ellos han tenido una madrastra que nunca les mostró cariño, solo indiferencia.
En vista de que la familia era tan pobre que apenas tenían para comer, los días que comían, entre el padre de los niños y la madrastra idearon abandonar a Hansel y Gretel, y de tal manera ya no tendrían dos bocas más que alimentar. Es así como el leñador dice a sus hijos que vayan al bosque a buscar comida, y que para que no se pierdan, vayan dejando migajas de pan en el piso, de tal manera que encuentren el camino de regreso.
Los niños se internaron en el bosque, hacia frío, ya era media noche, comenzaron a escuchar la voz del bosque, el sonido de animales peligrosos y Hansel y Gretel tenian miedo. Quisieron seguir las migajas de pan de regreso, pero antes de que se dieran cuenta, estas ya habían desaparecido, pues los pajaros se las habían comido. Caminaron y caminaron. Estubieron andando toda la noche sin poder conciliar el sueño, pues estaban muy asustandos. Al amanecer se dieron cuenta de que entre los arboles había una casa, y no cualquier casa, esta era una casa desde la cual olia a comida. Las barrigas de los niños rugieron, ambos se miraron y corrieron despaboridos a la casa. Tocaron la puerta y nadie contesto. Volvieron a tocar. Nada. Abrieron la puerta y encontraron una chimenea. Calor. Un sofá. Comodidad. Y más adentro, la cocina. Comida. Los niños comieron a más no poder. Disfrutaron del calor de la chimenea, de la comodidad del sofá. Eran felices. Esa misma noche, cuando los niños no podían creer más su suerte, llegó a la casa una anciana. Ellos la miraron con extrañeza. Retrocedieron cuando ella se acerco. La anciano los miro con duda y al cado de dos minutos de las mutuas observaciones, ella con la mayor de las alegrías les dijo "¡Mis lindos niños! ¿Habeis tenido hambre? ¿Habeis tenido frío? Ya no os preocupeis, aquí estarán a salvo". Los niños aún con cierta duda, aceptaron quedarse. Pasó cerca de un mes. La anciana se preocupaba mucho por la alimentación de Hansel y Gretel. Se aseguraba de que estén engordando. A los tres días, los niños comenzaron a echar de menos a su padre. Le dijeron a la anciana que se irían en busca de su padre. Ella enfureció al segundo. Los niños se asustaron al verla así. Ella intentó alcanzar su bastón. Quería golpearlos. Dejarlos inconsintes para que no puedan escapar. Pero como los niños son más ágiles, corrieron tan rápido como pudieron. Cuando se dieron cuenta ya estaban internados en el bosque otra vez. Caminaron tres dias, estaban cansados y con hambre. En la tarde del tercer día, vieron un hombre llorando en el bosque. Lloraba desconsoladamente. Se acercaron a él. Era su padre, el leñador. Él al verlos, pensó que soñaba. Se aclaró los hojos y los volvió a ver. No soñaba. Los abrasó y les pidió perdon. Les dijo que había dejado a mujer. Que de ahora en adelante trabaria muy duro para mantenerlos y que jamás volverian a pasar hambre.
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