miércoles, 10 de octubre de 2012

Rapunzel

Hace poco revivimos esta historia con la versión que Disney (como siempre) nos dio de Rapunzel. En cambio yo les daré la versión de los hermanos Grimm:

Una pareja, ya no tan joven, añoraba con todo su corazón la llegada de un hijo. Ellos, tras pedir infinitas veces a Dios que les concediera ese hijo, al fin fueron satisfechos. La esposa esperaba un bebe y ambos estaban muy contentos.
El hogar de la pareja estaba al lado de un hermoso y frondoso jardín rodeado de muros que impedían el paso. En el jardín habían unas campanillas que despertaban el deseo de la esposa todas las veces que pasaba por ahí. Ese apetito por las campanillas fue creciendo día a día. Tanto que llego un momento en que la mujer cayó muy enferma. El esposo con lágrimas en los ojos y sosteniendo su mano, le pidió que le dijera que podía hacer por ella, a lo que la mujer contestó: "Quiero esas campanillas del jardín de al lado, es que me muero si no las como". El hombre no lo pensó dos veces. Esperó a que sea de noche para escabullirse en el jardín y conseguir las campanillas para su mujer. Luego con mucho sigilo regresó a su casa y dio lo obtenido a su esposa. Esta se puso tan contenta que comenzó a mejorar notablemente, pero su ansiedad por las campanillas comenzó a aumentar, pues eran más deliciosas de lo que se imaginaba que serian. Así que el hombre tendría que repetir su aventura pasada la noche siguiente. Y así lo hizo, solo que esta vez no tuvo tanta suerte, pues justo cuando estaba apunto de saltar el muro, un imagen escalofriante apareció ante él. Era la hechicera del pueblo, y la dueña del jardín, la Dama Gothel."¿Qué campesino repugnante ha osado robar mis campanillas?". El hombre queda helado del terror, cae rendido en el monte y dice:"Mujer, mi esposa está embarazada y se estaba muriendo porque no podía comer tus campanillas, si no se las llevo, ella morirá y mi hijo también". La hechicera muestra una macabra compasión y le da al campesino algunos rapunceles que de a su mujer, pero con la condición de que al momento en el que nazca el  niño, él se lo entregaría a ella. El hombre, se vio entre la espada y la pared, acepta con mucho dolor. Y así transcurrió el tiempo. La espada mejoró y dio a luz una hermosa niña, de cabellos dorados como el oro, y ojos azules como el cielo. Nunca antes el mundo había visto una niña tan hermosa. La pareja no disfrutó ni un día de su hija, pues la hechicera apareció y se la llevó. 
Dama Gothel la llamó Rapunzel, y a la edad de doce años, al ver que cada día se hacia más bella, la encerró en lo alto de una torre, con tan solo una ventana en lo alto. La hechicera iba a visitarla todos los días y le pedía que deje caer su largo cabello dorado para trepar por él hasta la habitación de Rapunzel. Así transcurrieron varios años hasta que un día, cuando Rapunzel tenía 16 años se asomó a su ventana y comenzó a cantar una hermosa melodía. Tan encantador era el sonido de su voz que llego a oídos de un príncipe que estaba cazando cerca de la torre. Al oír la voz de la joven, el príncipe quedo embriagado por su dulzura. Siguió la voz y se halló frente a una gran torre. Buscó la entrada pero no la encontró. Solo se divisaba una ventana en lo alto. Comenzó a oscurecer y de repente el príncipe vió que una anciana de aspecto aspecto demacrado se acerco a la torre. Con una voz casi ahogada y ronca comenzó a gritar:"Rapunzel, Rapunzel, deja tu cabello caer". Al cada de unos segundos, el príncipe vislumbró como un espléndido cabello trenzado caía con ligereza, como si cayera una pluma al viento, y resplandecía como luciérnagas en esa noche lúgubre. La anciana con movimientos lentos, pero decisivos, tomó la trenza y ascendió hacia la ventana con gran rapidez. El príncipe, al ver que esta era la única manera de entrar, resuelve en regresar a la mañana siguiente. No mucho tiempo después del amanecer, el príncipe ya había llegado a la torre en su caballo. Se colocó bajo la ventana y gritó:"Rapunzel, Rapunzel, deja tu cabello caer". Y, al igual que la noche anterior, ese esplendoroso cabello cayó con una gracia hipnotizante. El príncipe lo tomó como quien toma su más preciado y delicado tesoro. Comenzó a elevarse hacia a la ventana y cuando hubo arribado, contempló un ser mas bello de lo que él hubiese imaginado. Rapunzel lo miró son miedo, pues ella nunca antes había visto un hombre. Él se acerco a ella, y ella retrocedió. Él le dijo que no tenía nada que temer. Ella escuchó su voz como música, y dejó que él se acercara. El príncipe sostuvo la mano de Rapunzel y la llevo a sus labios, y mirandola a los ojos le dijo que quería llevársela con él. La muchacha le dijo que no podía, que no tenían manera de salir los dos; que Gothel, la hechicera, la mantenía prisionera. Ambos pensaron en una solución. El príncipe seguiría frecuentando la torre y en cada una de sus visitas dejaría a Rapunzel seda, de manera que ella pueda tejer una escalera lo suficientemente larga para salir. 
No pasó mucho tiempo hasta que un día Rapunzel olvidó esconder la seda y la hechicera descubrió el plan. A punta de amenazas, consiguió que Rapunzel hablara y le dijera todo acerca del príncipe. Por la furia, Gothel cortó la cabellera de la joven y abandonó en medio de un campo desierto. Más tarde, esperó a que el príncipe apareciera y cuando este llamó a Rapunzel, la anciana dejó caer el cabello cortado de la joven y cuando el príncipe se encontró en la cima de la torre, ella le dice que jamás volverá a ver a Rapunzel. Él, desesperado, cae de la torre sobre unas espinas que había abajo, quedando ciego. Entonces el hijo del Rey se rinde porque ya no podría volver a ver jamas. Rapunzel, que había quedado embarazada del Príncipe, da a luz a dos gemelos sola en el desierto. Al poco tiempo, merodeando el Príncipe ciego por el desierto, encuentra a Rapunzel y a sus hijos, quien al encontrarlo en tal estado, llora lágrimas que resultan ser curativas y sanan los ojos del Príncipe devolviéndole la vista. Así, Rapunzel y el Príncipe, junto a los pequeños gemelos, vuelven al Palacio, donde se ordena la búsqueda y captura de la bruja. Finalmente, Gothel es atrapada y condenada. Tras ser decapitada, decoran con su cabeza la entrada del pueblo.

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