En la versión de Disney de 1989, la película termina con Ariel, la Sirenita, convertida en humana y casándose con el príncipe Eric. Se casan en una maravillosa boda a la que asisten humanos y sirénidos. Pero en la versión original de Hans Christian Andersen, el príncipe se casa con una princesa de otro reino. Sus hermanas le ofrecen un cuchillo mágico para que apuñale al príncipe, pero le resulta imposible y se arroja al mar, donde se convierte en espuma y muere.
Hans Christian Andersen modificó más tarde el final para hacerlo más grato. En el nuevo final, en vez de morir al volverse espuma, se convierte en una “hija del aire” y asciende al Cielo.
Al igual que en otros cuentos de H.C.A., existen en la historia otros elementos macabros de la historia: la paga que la Bruja del Mar exige a la Sirenita a cambio del conjuro no es su voz, sino su lengua, que le corta con un cuchillo. Además la poción para transformarla en humana es tan fuerte que durante la metamorfosis, la joven siente como si le partieran en dos la cola con una espada ardiente, al grado de casi fallecer. Así pues, cada paso que diera sentiría como si pisara mil agujas, por lo cual en su baile en el palacio sangra por los pies.
Hay que recordar que en el cuento original el móvil de la Sirenita no es casarse con el Príncipe, sino que ser amada por él es sólo un requisito para acceder a un alma como la tienen los humanos y poder ir al Cielo. Los sufrimientos de la Sirenita, en ese sentido, se comparan con un sacrificio similar al de Jesús.
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